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Renner Herrmann
Historia del grupo
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Migraciones alemanas e italianas a Brasil
A partir de julio de 1824, cientos de miles de inmigrantes alemanes de todas partes de Alemania empezaron a establecerse en los estados más meridionales de Brasil. A esta ola migratoria, que duró 100 años, siguieron otros cientos de miles de inmigrantes italianos, principalmente de la región del Véneto, pero también de otras regiones del norte, a partir de 1875.
La llegada de Arthur Kopcke y la creación de la empresa
En este contexto, en 1922, un técnico químico alemán llamado Arthur Kopcke llegó con su familia al puerto de Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul. Nacido en Pomerania, Kopcke intentó pintar un mueble con las pinturas disponibles en el mercado en aquella época. Al cabo de tres días, el mueble seguía húmedo y enseguida se dio cuenta de la mala calidad de las pinturas producidas en el país.
Los cimientos de la fábrica de pintura
Kopcke era amigo de los hermanos Leopold, Felipe y Waldemar Renner. Los cuatro decidieron invertir y fundar una fábrica de pinturas. Los hermanos Renner eran nietos de inmigrantes alemanes procedentes de la región de Hunsrück, que llegaron en 1825 y se instalaron en la ciudad de Montenegro, a unos 90 kilómetros de Porto Alegre. El hermano, Antônio Jacob Renner, conocido como A.J., ya era un empresario de éxito en la industria textil, con una gran e importante fábrica situada en Porto Alegre, cerca del gran río Guaíba.
El crecimiento inicial de la empresa
Así, los cuatro hermanos, junto con Kopcke, fundaron una pequeña fábrica de pinturas el 18 de junio de 1927. Más tarde se convertiría en una empresa internacional. En el polígono industrial A.J. Renner, la primera fábrica se instaló en una superficie de no más de 200 metros cuadrados, al final de las instalaciones textiles, cerca del río.
La entrada de Olga Renner Herrmann y el liderazgo de Ernesto Luíz
En 1930, una hermana de los cuatro hermanos, Olga Renner Herrmann, viuda de otro inmigrante alemán, Hugo Herrmann, se incorporó a la empresa. Nacido en Maguncia, a orillas del Rin, Hugo llegó a Porto Alegre en 1903 y se convirtió en representante de ventas viajando a caballo. Durante uno de estos viajes de negocios conoció a Olga en Montenegro. Hugo murió en 1924, a los 44 años, dejando a Olga con cinco hijos a su cargo. Antônio Jacob, jefe del proyecto, invitó a su hermana a unirse a la empresa, alegando que sus hijos trabajarían allí.
Una empresa en rápida expansión
Ya en 1930, el hijo mayor de Olga, Ernesto Luíz, entonces sólo un adolescente, asumió la dirección de la empresa. La empresa creció rápidamente y, en 1933, creó una fábrica de envases metálicos. En 1937, el pionero Arthur Kopcke abandonó la empresa. En 1939, 12 años después de su fundación, la empresa ya contaba con 200 empleados.
Renacimiento tras la inundación de 1941
En 1941, la empresa cambió su nombre de Renner Kopcke a Renner Herrmann. Ese mismo año, una gran inundación del río Guaíba, sólo superada por otra catastrófica en 2024, amenazó con destruir la empresa. De no haber sido por la resistencia de A.J. Renner y su nieto Ernesto Luíz Herrmann, la empresa habría cerrado sus puertas. Sorprendentemente, no se rindieron. Compraron 11 hectáreas a unos 10 kilómetros y construyeron una nueva fábrica, mucho más grande y moderna, lejos del río. Esta nueva fábrica se terminó y entró en funcionamiento en 1951, convirtiéndose en la plataforma esencial para un importante crecimiento futuro.
El fallecimiento de Ernesto Luíz y el paso del liderazgo
En 1958, Ernesto Luíz murió a los 48 años. A pesar de su juventud, había construido una empresa respetada en la región, con una excelente reputación y liderazgo en el mercado de pinturas del estado de Rio Grande do Sul. En comparación, aunque el estado de Rio Grande do Sul tiene hoy una población seis veces menor que la de Italia, su superficie es equivalente.
El nacimiento del logotipo del caballo blanco y la expansión de los años 60
La dirección de la empresa pasó entonces a su hermano menor Hugo, de 37 años, que llevaba el mismo nombre que su padre y era ingeniero químico. Durante este periodo se creó el famoso logotipo del caballo blanco. En alemán, «renner» significa «corredor». Para reflejar la idea de velocidad y fiabilidad, se adoptó la imagen de un caballo al galope, que se convirtió en un logotipo icónico.
Adquisiciones y crecimiento en las décadas de 1970 y 1980
En la década de 1960, comenzó la expansión de Renner Herrmann en Brasil. Se construyó una fábrica en el estado de Bahia, otra en São Paulo y se adquirió Tintas Louçalin, competidora de Renner en Rio Grande do Sul. En este período, se incorporó a la empresa Ernesto Egon, hijo de Ernesto Luíz y primer miembro de la tercera generación.
El inicio de la producción de pintura para automóviles
En 1975, Renner Herrmann adquirió todas las acciones de Ideal Tintas y Vernizes, una empresa entonces del mismo tamaño que Renner Herrmann, marcando el inicio de la producción de pintura para automóviles en el Grupo. De repente, la empresa duplicó su tamaño.
Expansión internacional
En 1980, ocurrió un acontecimiento fundamental con importantes efectos aún hoy. Renner Herrmann adquirió el 60% de Sayerlack Industria Brasileira de Vernizes, aportando capital a la empresa, que, bajo la dirección de Alexandre Cenacchi, consolidó su liderazgo en el suministro de pinturas y revestimientos para la industria brasileña del mueble. Más tarde se convirtió en Renner Sayerlack S.A., una empresa líder con operaciones en varios países, entre ellos Italia, y distribución de productos en más de 90 países.
Evolución de los años 90 a 2025
Una vez consolidada su posición en Brasil, Renner Herrmann aceleró su crecimiento internacional en la década de 1990, adquiriendo Blundell en Chile, Panamericana y Pintcol, esta última a través de Sayerlack en Argentina, y abriendo un centro de distribución en Paraguay.
Una larga historia de victorias
En 2025, en vísperas de su centenario, Renner Herrmann S.A. opera en 10 países, demostrando una historia de resistencia, innovación y éxito.